Una persona recibe la llamada del notario diciéndole que su Papá que no veía en años había muerto, y que el era heredero de la gran fortuna que poseía su padre según su testamento, pero con la condición que todo el 50% de dicha fortuna la donara a la fundación de niños pobres que el sostenía desde hace años, a lo que el hijo responde con gran convencimiento, que si que estaba de acuerdo en ello y el notario le dijo bueno aquí lo espero para llevar a cabo los tramites y el dice si esta bien allá nos vemos, y el joven heredero al momento de colgar recapacita y se dice así mismo no el 50%es mucho... mejor les dejo el 30%y ya!,... pero una ves ya en camino sigue recapacitando y dice: no pues el 30% es mucho también, así que con el 10% que obtengan sera suficiente, mas adelante ya una ves adentro de a la oficina del notario dice ..ultimadamente estos niños han sobrevivido sin este dinero durante todos estos años y yo lo necesito mas, así que no les dejo ni madre a estos weyes ....
Esto nos habla del poder de la avaricia, que aunque tengamos la mejor intención de llevar a cabo alguna petición, anteponemos los intereses personales en perjuicio de otros.
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