Hemos visto que el odio es quizás de todos los estados pasionales, el que mas propende a perseverar. No obstante, la vida supone cambios y el odio que tiene un principio también tiene un fin, aun este sea por la transformación física de quien lo alberga. Las vías por las cuales puede descargarse, transformarse o desaparecer el odio son:
El desprecio: Esta es la mas común. la mas fácil, y la mas inofensiva, llegamos a un convencimiento de que no merece nuestro sufrimiento, nuestra preocupación, o nuestra cólera hacia la persona o el objeto odiado. Una ves convencidos de nuestra superioridad, con el tiempo pasamos a disminuir su importancia es decir a despreciarlo (quitarle precio, olvidarlo). Entonces es posible proceder al olvido forzado, y digamos que su sola evocación nos produce asco.
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